Escuelas y comercios en Haití cerraron sus puertas el lunes y grandes cantidades de policías patrullaban las calles mientras el país recordaba un aniversario sombrío.

El lunes no sólo se cumplieron siete meses del asesinato del presidente Jovenel Moïse en su residencia privada, sino que también era el final de su periodo. Opositores exigen que el primer ministro Ariel Henry deje el cargo bajo el argumento de que su gobierno es inconstitucional.

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