Millones de venezolanos votarán el domingo en elecciones estatales y municipales en las que no está en juego la legitimidad del presidente Nicolás Maduro pero para muchos se someterá a prueba tanto a las autoridades como al sistema electoral de Venezuela, desacreditado por la inhabilitación de partidos y algunos de los candidatos opositores más populares.

A su vez los comicios podrían marcar el surgimiento de nuevos liderazgos opositores, consolidar otros y trazar las líneas a seguir por los adversarios de Maduro, que llegan a la votación diezmados por las fracturas internas derivadas de sus fallidos intentos para desalojar del poder a los herederos del fallecido presidente Hugo Chávez, que dominan la escena política desde 1999.

También contribuyó a minar la unidad opositora la confrontación de posturas para lograr ese fin, desde hacer uso de la fuerza hasta insistir en el cambio político por la vía electoral.

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