La decisión del presidente Joe Biden de conformar una alianza estratégica con Gran Bretaña y Australia en el Indo-Pacífico para contrarrestar a China ha encolerizado a Francia y la Unión Europea, que se sienten marginadas como sucedía en la era de Donald Trump.
La iniciativa dada a conocer esta semana parece haber provocado el brusco fin del idilio de Biden con Europa. El acuerdo AUKUS, que excluye a Francia y la Unión Europea, es la más reciente de una serie de medidas de la política exterior estadounidense —desde Afganistán hasta Asia oriental— que han tomado por sorpresa a Europa.
Después de prometer a los gobernantes europeos que “Estados Unidos está de regreso” y que la diplomacia multilateral guiaría su política exterior, Biden ha enfadado a varios aliados al abordar asuntos cruciales por su cuenta. El ministro del Exterior francés expresó su “incomprensión total” por el AUKUS, que calificó de “puñalada por la espalda”, y el comisionado de política exterior de la UE se quejó de la falta de consulta.